miércoles, 22 de febrero de 2012

El artista







The artist
Director: Michel Hazanavicius.
Actores: Jean Dujardin, Bérénice Bejo, John Goodman, James Cromwell, Penelope Ann Miller.
Origen y año: Francia, Bélgica 2011.
ATP. 100'. Fecha Est. Bs.As: 16/02/12





El cine sigue avanzando, y nos lleva hacia la fecha de la entrega de los premios Oscar 2012. Como el año pasado, otra vez estas premiaciones nos ponen como favorita una película que salió a último momento y que sorprendió gratamente a los votantes de la Academia (promedio 62 se imaginaran). Así es, El artista es una película sobre el cine mudo, en blanco y negro, con una música horrenda y carteles para ir "entendiendo" el panorama. Como El discurso del rey (eso, un discurso, una puesta en escena de teatro, dos personajes sentados en un sillón con la cámara de perfil, hablando como si tuviesen al espectador detrás en vivo, por lo general, las películas que se aplauden de pie). Mas allá de lo imbancable que es la película y de la formulita del director -por que para ganar el premio mas importante del cine, hay que hacer una película sobre el cine y sobre la historia, todavía lloro cuando pienso en Sin lugar para los débiles, película que no me gusta, pero que la pido cien veces antes que esto-, El artista es muy obvia y es choronga, al actor se lo ve en crisis y le llega su mujer -Bérénice Bejo, es argentina, es linda y no tiene tetas por la antigüedad, mas choronga imposible-. Allá aquellos que se enamoraron con la música, allá ellos que lloraron por nada -¿serán los que vivieron la creación del cine y los que festejaron por el sonido en el cine, y ahora se quieren matar por que ven a un pobre actor de rodillas?-, allá ellos que creen que esta clase de películas debe ser premiada -por lo menos que gane Hugo Cabret, la pucha-. Lo dijeron y lo confirmo, El artista es como Cantando bajo la lluvia pero sin color, sin buena música, sin paraíso, sin casi nada. El artista es una soberana cagada, en el mejor de los sentidos que finaliza con los actores mudos hablando, como si el perro no pudiese ladrar -ah, hay un perro-.

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