viernes, 11 de noviembre de 2011

El estudiante (Segunda parte)

El estudiante
Santiago Mitre. Argentina 2011












En contra de otros estrenos argentinos
El estudiante le dijo que "no" al trámite previo por el INCAA y esto lo bloqueó de alguna forma con el espectador. No "Bloqueó" sino, que lo alejó, como si los otros estrenos tomaran ventaja en la pista y lo sacaran a barrer, como si fuera en Cars pero sin amistad. Estos bloques fueron los tanques argentinos -"Tanques", esos son los de Hollywood, esos son los reyes de la taquilla-. A que llamo "tanque argentino": película con una figura en la tapa, película argentina cómica o en su déficit película que ganó un Oscar, por que sino nadie la ve ¿vio?. Este año pasó la clara muestra de "figura" y "fondo": Figura=Darín/el amigo del chino; fondo=la película. Acá gana la figura, por que Darín es un actorazo, aunque en este film queda claro que no hace mas que putear y putear, como un tipo del conurbano a punto de estallar cuando un cliente se queja de los tornillos. Darín la rompe, o no tanto, pero la película ex-extremadamente vacía en sí, típico barullo argentino, chistes "clásicos" !¿Clásicos?!, y el amargado chino que no sabe ni decir hola en español, pero dice caca y está cagando en el baño cuando te levantas a las dos de la madrugada. La gente prefirió esa película con claro, cierta muestra de otros cines que la proyectaban y del triunfo del actor, que ha hecho... Bueno, ¿hace falta aclarar lo gran actor que es Darín?. La otra, que no apela al bodrio, pero si a la estupidez y al mal cine es Mi primera boda, título poco original, horrible y despachatado, como la anterior película del director, Cara de queso. Digo, para estos no apelar al bodrio es tener todo ganado, por que, en definitiva "mientras que la gente no se aburra" por ahí para ellos está todo ganado. Es una comedia, en fin, con muchísimos errores, comos los tenía Sin retorno, aunque ésta era mucho mas pop y dinámica. En Mi primera boda no alcanza el chiste del porro para levantar, no alcanza dibujar con una carita feliz a los personajes y el cuento de "¡al novio se le perdió el anillo!" no se los cree nadie, bue, sí, aquellos espectadores que eligieron ésta sobre aquella -ojo, esto no está mal, pero sólo quiero decir que es de lo que se alimenta el espectador, el cine que a mi me gusta es el de un guión bien construido, el cine que te da pasión, que te hace salir contento de una sala, que te hace pensar en... el propio cine como único artista de todo esto-. Entonces el público no cree en nuestro cine, o, peor, no quiere creer. Se escuchan espectadores y periodistas decir, "La gente no va a ver cine argentino por que es malo", por dios!, el cine argentino ha crecido un monton en los últimos años y ha sabido demostrar que puede como cualquier otro. Como el cine norteamericano, el argentino también entrega producciones nulas, fallidas, muy fallidas y poco convencionales, pero también entrega grandes éxitos y película sobre la enseñanza y sobre la vida, y algunos hacen obras maestras, como ocurre en El estudiante.

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