viernes, 23 de julio de 2010

Policía, adjetivo

Ley Moral

Policía, adjetivo, la última realización del también director de Bucarest 12:08, continúa la senda de los grandes dilemas planteados con los menores recursos. Aquí, un joven policía debe investigar a un joven sospechado de consumir drogas. En suma, puede decirse que así de pequeña, e igual de grande, es la sinópsis de esta historia. Aprovechando la infima referencia en el relato, y los tiempos muertos que anteceden a la resolución del caso y de la misma película.

Policía, adjetivo elabora el estancamiento de la actual sociedad rumana: descuidadas construcciones y el aire gris de sus calles. El policía se encuentra en una especia de dilema, su conciencia le dice una cosa y sus superiores le imponen otra. Ya es por ello que aquí él juega su trabajo y el estado de ánimo de su familia. El trabajo que a él le asignan, se lo dan para que lo actúe con inteligencia y paciencia. Él sabe que debe hacer cumplir las leyes dictadas, pero se opone por sentirse "culpable", porque piensa que la sociedad en algunos años cambiará.

Si bien lo lento y denso que se transforma el relato puede jugar en contra en los mismos espectadores inpacientes, la manera en el que el director describe esta historia es con pasión, sabiendo que la cultura del cine es la que él elije. Por eso cada vez que su nombre aparece en un festival, Corneliu Porumboiu sabe que algo bueno hizo, que hizo buen cine, que logró algo interesante en el mundo del espectáculo y que tiene toda su vida para dedicarla a la cinematografía, para hacer las películas que él desee.

Además hay que aclamar al actor principal de esta película: Dragos Bucur, que encabeza esta película con una actuación brillante y demasiada seriedad. Al menos es creíble que él en su mundo como policía entienda que sin el cepillo de dientes, la pasta dentífrica no sería nada.

Policía, adjetivo (Rumania 2009) Calificación: 7 (Siete)

No hay comentarios:

Publicar un comentario