lunes, 27 de diciembre de 2010

El ilusionista

El ilusionista / L'illusionniste
Francia 2010
Director: Sylvain Chomet



Crítica: Es justo como escuche por ahí, en alguna que otra de las pocas críticas que esta película tiene en contra. En esa crítica, el crítico decía y se quejaba que hoy en día el cine animado se usa cada vez mas como un recurso artístico, en vez de ser mostrado como un entretenimiento infantil. En el ilusionista pasa eso, todo lo bueno que sacamos de esas emocionantes y aventureras películas de animación lo sacamos para meter una muestra, por que pareciera ser un cuadro excelentemente pintado.

El director de esta película, Sylvain Chomet ya lo había hecho con Las trillizas de Belleville, una película muy exitosa en su tiempo, donde también estaba esa propuesta de animación artística. Esta logra ser una excelencia fotográfica, pero termina siendo totalmente mediocre. Y una película mediocre, es una película sin interés, sin valor. La película no es mediocre mientras la vemos, ni tampoco antes, pero termina siendo mediocre una vez que la terminamos de ver. ¿La verías de vuelta?, ¿Te vas a acordar de la película dentro de unos días?, entonces después llegan las milésimas preguntas. Uno no puede decir que El ilusionista es excelente por lo que muestra, y por lo bella que es su fotografía. Uno no puede decir eso, sabiendo además que no le gustó. Eso es lo que pasa, la crítica esta así, uno puede odiar a esta película, pero sabe que como es perfecta en ciertos temas tiene que ser si o si muy buena.

El ilusionista es una película que disfrute, que tenía cosas interesantes, pero tenía otras cosas que eran insoportables, siempre manejando el mismo chiste, el del conejo, el de los productores aplaudiendo y los espectadores no entendiendo nada. No sólo el mismo chiste, si no también la falta de humor, y por momentos hasta parece aburrirnos.

Chomet logra hacerle un homenaje a Tati, pero se cae a pedazos en esa escena del cine donde aparece. Ahí nos queda bien en claro, que el director solo esta dirigiendo y que está vivo. Ahí todo lo fílmico, todo lo artístico se va a las nubes, dejamos de pensar por un rato, y empezamos a acordarnos de Tati (Para los que sabemos quien era), y ya nos olvidamos de la película, y nos deja no solo ese pensamiento de mediocridad, también nos deja pensando en Tati, en su tío y no en su película. El ilusionista es nada mas que una muestra de que Tati está en el recuerdo de unos pocos.

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