sábado, 14 de mayo de 2011

Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo








Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo
Directores: Gaston Duprat, Mariano Cohn.
Actores: Darío Lopilato, Eusebio Poncela, Emilio Disi.
Origen y año: Argentina 2011.
Duración: 80 minutos. Apta mayores de 13 años.
Estreno en Buenos Aires: 05 de Mayo 2011.

Crítica: Ernesto Zambrana a los seis años, tras viajar en el tiempo por tercera vez, finje sentirse mal para poder irse de la escuela. Llega a su casa, y allí está sentado en el pasillo de su patio, mientras su viejo -Hijo de puta como Hitler, así lo define él- está podando el césped. Ernesto ya sabe como murió su padre, ya que gracias a un gallego que le concedió la eternidad un rayo del cielo que cayó por duplicado, ahora tiene el poder de hacer lo que se le cante las pelotas y hacer que la gente viaje por el tiempo -como dice la película-. Ernesto espera ansiosamente mientras su padre muere, lo mira, y espera justo el momento en que toca la podadora luego de que deje de funcionar y caiga sobre el piso electrocutado. Ernesto lo mira y le dice "Chau papá", la imágen se detiene unos segundos y enfoca a la insoportable tortuga que muestra durante gran parte de la película. Así, la tortuga parece ser la mas veterana y la que sobrevive a todas las épocas, por que ahí es donde la dupla Duprat-Cohn se hace fuerte: en los elementos. Claro, teniendo en cuenta de que el año pasado habían llevado a una ventana a la fama, ahora quieren llevar un paquete de cigarrillos o la mismísima tortuga.

La dupla empieza a paso lento cuando una pareja como cualquiera está almorzando en una parrilla de Olavarría. Comen, se hablan, hasta que la mujer va al baño y el gallego se le acerca a Ernesto para ofrecerle ese pacto. Cada vez que el Gallego se pone a hablar con Ernesto, la película se torna de lo mas pesado y lo mas aburrido de todo, no sabemos, 1) Eusebio Poncela -que hace del gallego- es malísimo contando chistes, 2) Eusebio Poncela intenta hacernos reír insultando en gallego, 3) a Eusebio Poncela no le queda bien esa chomba rosada y esos zapatos horrendos que tiene. Igual, para que quede claro, es él, el propio gallego, quien lleva a Ernesto a lo mejor de la película: el viaje en el tiempo, donde conocemos a Ernesto desde antes.

La diversión empieza, cuando allí va Ernesto a su vida normal de antes. Ojo, mas que diversión, está repleta de chistes que sólo generan un poco de gracia, no mucho, bien calculados y hasta ahí nomas. Lo primero que hace Ernesto como buen hijo, es ir y perdonar a su madre de haberla abandonado, le dice todo lo que piensa, le ofrece hacer las paces y luego de unos segundos de respirar, la vieja lo mira y le dice con seguridad un "NO". Ernesto se va del hospital puteandola a cuatro manos. Ernesto no es un tipo simpático, tampoco parece ser feliz, pero se conforma con lo que tiene y con lo que viene. La diversión es que Ernesto vuelva atrás pero con su cabeza de 63 años. Allí empieza cuando en El Efecto Mariposa con Ashton Kutcher, el chabón volvía al pasado para tocar algo y que todo en su vida cambie, como por ejemplo dejar a su novia para no tener un hijo. Ernesto se aprovecha de esto, y llama a la embajada norte americana un día antes del accidente de las torres gemelas. La dupla lo muestra como un formato ridículo y gracioso a la misma ves, ¿Como puede ser que un viejo argentino de Olavarría sepa que va a haber un atentado terrorista?, pasa de todo, lo cagan a trompadas. Y sigue jugando con eso, una vez que el gallego estúpido lo transforma en mas joven aún.

El efecto Mariposa es una película no muy amigable para la crítica, y peor aún sus secuelas, pero es cierto que es una película exitosa y con una taquilla que convence demasiado. Querida voy a comprar cigarrillos y vuelvo es un cuentito de Alberto Laiseca, rosarino de abundante bigote que como el gallego nos quiere hacer reír insultando e insultando a cualquier cosa que se le venga a la mente, como por ejemplo "Y el pelotudo no se la coge". El pelotudo es Darío Lopilato -Ernesto a los 25 años mas o menos-, quien sale a la luz como un personaje cambiado y empieza su Butterfly Effect llendo a la casa de su actual novia en ese momento, y la deja ya que después le metería los cuernos, y tendría dos hijos -uno de ellos gordo hasta los tobillos-. Sin ser boludo, va y conociendo ya el tema Imagine de John Lennon, va e intenta saca un CD, se hace famoso, aunque sin tener guita ni minas -se consigue una rescatable-, pero a los dos meses le mandan una carta donde Lennon lo denuncia por plagio. Lo mejor viene después, y el mejor chiste -hasta ahí nomás, un par de gracia-, cuando Ernesto-Lopilato se para semidesnudo en la puerta de tribunales anticipando que Argentina saldrá campeón en el 78' gracias a los milicos. Dice que Argentina ganará dos Oscar -como no faltar el cine-, la última la dirigirá un pelado -es cierto don Juan-.

No está mal la película, y por momentos es la verdadera alegría del cine, o por momentos, ese de Lopilato en tribunales, es donde uno piensa y cree en el Cine argentino. La dupla que el año pasado había logrado algo fuerte con El hombre de al lado, que a mi mucho no me gustó, aunque la dejo pasar, este año se emocionaron y quisieron sacar algo rápido a cartelera, sin mucho éxito que valga la pena y aunque el negro Aráoz aparesca poco y nada. Querida voy a comprar cigarrillos y vuelvo, no pasa de linda y rescatable, y juntando esos chistes (Las torres gemelas, dejando a la novia, cagando a Lennon, queriendo inventar el celular y anticipando el Argentina campeón de Menotti), nos quedamos esperando para ver que marca de cigarrillos le gustan a Ernesto y si le gustó o no, la morcilla a su mujer. Sí, luego de ese viaje, la tortuga inmortal y esos chistes lindos, no queda mas por decir.

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