Noche de miedo 3D

Noche de miedo / Fright Night

Director: Craig Gillespie.

Actores: Anton Yelchin, Colin Farrell, Toni Collette, David Tennant, Imogen Poots, Christopher Mintz-Plasse, Dave Franco.

Origen y año: Estados Unidos, India 2011.

Duración: 106 minutos. Apta mayores de 13 años.

Estreno en Buenos Aires: 15 de Septiembre 2011.

Crítica: Un gran título para ésta película podría haber sido No queremos vampiros en Las Vegas. Cumple y dignifica con su película original La noche del espanto, y vuelve a hacer demostración de que "Aún el mas valiente saca una sonrisa cuando todo está mal" o que en un mundo tan malo, el humor todavía está intacto hasta el último suspiro. Hay quienes creen que el terror es solamente con terror, y que Sam Raimi es un ridículo señor al que se le ocurren hacer payasadas dentro de una película con payasos. Hay una clara realidad, en mi gusto, las mejores película de este año, hablan de lo que sería algo así como "el cine moderno" y ya deja de lado el pos, para meterse de lleno en películas como Piraña, un gustaso Destino Final 5, las dos películas proyectadas en 3D.

En una secuencia que muestra el barrio podrido y cerrado donde este vampiro se hace presente, se ve desde fondo los casinos y los boliches de la noche de Las Vegas, allá, toda luminosa, mientras los pobres bichos estos parecen estar atrapados en la miseria de tener que sobrevivir a un cuento que hasta allí parecía fantástico y que ahora se ha convertido en realidad, y que acecha por la ruta y debajo de tu auto. Correr de este vampiro es además volver a viejas leyendas como eran las películas de antes, como aquellas que tienen el "mito" de pedir permiso antes de entrar, aunque, el cine moderno se caga en eso, y adhiere a que si la casa no está, él puede entrar tranquilamente. Ya no es como antes, los vampiros no se mueren por el sol, si no que eso es sólo una muestra del cine antiguo, y trae como a consecuencia otro estílo de muerte, el de la mano propia y el del héroe, como Sam Raimi, supo hacer con El hombre araña, y como Destino Final 4 y 5 lo logran, ¿que el gordito se va a morir con la acupuntura china? no nada de eso, se le cae el buda encima, basta de muertes directas y esperadas.

Y así y con todo eso, Noche de miedo podría hablar de muchas cosas y dejar atrás a su remake, las cuales ya han marcado territorio y están que entran por todos lados. Es irónica, ¿que le pasa al vampiro se cree invencible? toma mate. ¿Que pasa con la de las ballestas? ¿Vampiros del día, película que volvía a los '80?. Esta es única, la de las ballestas, granadas, armas, y la del fuego, la del túnel estílo The host, la del vampiro que aparece en ¿Que pasó ayer? y saluda a Zach y a su pandilla mientras muerde a la rubia y se la lleva para su guarida. Es la de Peter Vincent, que se hace el fracasado pero tiene todo lo que tiene, pero conseguido a base de guita, y se hace el preocupado por su maquillaje y el que mata vampiros pero les tiene miedo, y es así como la definición de Charley (Anton Yelchin, el héroe moderno) le hace a la novia "Sí, no te va a caer bien, pero es nuestra única opción" y podría ser comparado como el filmador de películas porno en Piraña. Y Sam Raimi se caga de risa de los gitanos, del terror y de los animales, le ponía onda, hacía cagar de risa a mas de uno, pero hacía saltar de la butaca a mas de treinta.

¿Qué es esa sangre que no se espanta? la que el vampiro Jerry, ¿Jerry el vampiro? se toma, se chupa para seguir sobreviviendo, no es uno sólo, son muchos, aunque Peter nos los anticipa "Necesitamos un ejército". ¿Es estúpido ver como dos intentos de héroes se ponen a la luz del sol, mientras están alrededor de veinte vampiros, y el jefe se come una manzana verde mientras besa a la chicha del héroe principal? ¿Es estúpido que Charley piense durante unos minutos, mientras el sol le da vida, como matar a ese vampiro? No, no es estúpido, es gracioso, y si no lo es, aunque sea divierte y mucho. Y quizás sea por eso, que Noche de miedo, la moderna, no sea una película excelente, por que lo único que intenta es divertir, pero además de eso, consigue otra cosa, crea una aventura y se mete de lleno en varios mundos, que mas allá de no salir de Las Vegas -del lado oscuro- parece haber pisado varios lugares.

El fin de nuestra querida historia, parece terminar en la casa de Vincent, donde los vampiros aúllen, donde está lleno de armas, y es ahí donde el vampiro se siente en desventaja y vuela para su casa, es cuando ese vampiro entra al cuerpo de Colin Farrell y se chamulla a la mamá del vecinito virgen, o cuando lleva a la casa a una rubia que claro "la hice gritar". Y cuando todo aquel, espanto que se vivía allá, pero sin la utilización de una escusa como el 3D, festejaba lo que era un triunfo garantizado, La noche del espanto no fue muy recordada, pero si, será una típica película Clase B, a la que tiene como remake, a una que ya está metida dentro del cine moderno. A esa que, sin palabras, cumple con los hechos y muestra la ironía, y se ríe de aquellos viejos tiempos, combinando lo que sería el terror con la aventura de una graciosa bienvenida al mundo de los vampiros, aunque sea detrás del armario, ese que tiene toda la ropa manchada de sangre.

Sam Raimi supo ganar y crear algo así como el cine de comedia aterrorizado por una modernidad que está mas en la cabeza de los adolescentes que de los que buscan una historia seria. A veces, me pregunto, por qué ésta no lo es, claro, sabiendo que el problema y la pregunta es esa. ¿Es Noche de miedo 2011 una película seria? No lo sé, ni nadie lo sabrá. Colin Farrell de vecino, pidiendo una cervezas en la casa de al lado, mirando con esa cara con los ojos maquillados, y volteando a quién pase por el camino "tiene que poner la firma", tomá y hacelo. Mintz-Plasse el de Supercool, también aparece como garantía de diversión, aunque es lamentable, que no aparesca por mucho tiempo mas, y se disfruta cuando aparece ya vampiro, estílo Una noche en un museo. Noche de miedo no está narrada con clasicismo, ni está armada con vueltas de tuerca, es simple, va hacia adelante, divierte, explota en tu cara -estílo Zombieland- y además por momentos es realista: al personaje se le ocurre la última muerte a fin de tiempo. Divierte, y además te hace volar la cabeza. Es como tener una ferrari en una noche sólo en una pista y ponerte a manejar mientras comes chicle y tenes toda la diversión asegurada. Aunque podría ser un sueño, Noche de miedo deja la "ficción total" para traerte toda la sangre que juntó del cine de antes, para meterlo en una sola película de vampiros, así como Piraña. Dos películas grandiosas y dos de las mejores del año.

Noche de miedo es un mini golazo para aquellos que buscan la magia del espanto compartida con "el diablo no es mas que un tipo que cuenta chistes" o que el vampiro tiene humor y acá el que es un fracasado es el héroe, que claro, no lo tiene, por que está asustado y está nervioso. Por que de alguna forma, el espectador se siente caracterizado con el protagonista, por que quiere que de una vez por todas acabe con esa maldad, pero sin tener que soportar alguno de esos finales monstruosos. Lo confieso: para esta película, quería un final bueno, quería que el héroe viva en paz y no sufra sobresaltos como si lo vivió la rubia de Arrástrame al infierno -final genial, película irónica mortal, todo fenomenal-. Pero la película termina bien, pero hay algo que jamás morirá en el protagonista, que es la pérdida de su mejor amigo o aquel que quería tanto, y si, que los "populares" con los que se hacía pasar por amigos hallan sobrevivido. Tanto se habla de ese video en internet y de todo eso, que al final, la película no le importa demasiado su creación y con esa escusa y ese método es como mete al protagonista en esta búsqueda del conocimiento acerca de vampiros en su barrio. Fright Night -mejor título- es una película grasa que no te lastima con la sangre roja, si no que te tira esa sangre que te hace cosquillas y te hace sacar una carcajada, es de aquellas que no se ríen del espectador, si no, que se ríen con ellos, y nos devuelven toda la sangre que perdimos en el film para que podamos volver a respirar en nuestra vida diaria, luego de tanta diversión demarrada, pero que, obviamente, fue gastada puramente con efectividad.