jueves, 15 de septiembre de 2011

Sobre Bastardos sin gloria










Bastardos sin gloria / Inglourious basterds
Director: Quentin Tarantino. 148'. Sam 16
Actores: Brad Pitt, Mélanie Laurent, Christoph Waltz, Eli Roth, Michael Fassbender, Diane Kruger, Daniel Brühl.
Origen y año: Estados Unidos, Alemania, Francia 2009.


No sé quién puede haber en el mundo de esta pasión, que haga algo similar a lo que hizo Tarantino, jugar con los nazis hasta destrozarlos y quemarlos vivos. Es claro, los bastardos, o sea, los buenos muchachos, a la cabeza de Aldo Raine (un genial Brad Pitt, en su mejor papel, podríamos decir), lo único que quieren es matar nazis, nada mas que eso, ni hablar con ellos, ni escuchar sus opiniones, matarlos, aniquilarlos. Y ese genial inglés con el que habla el señor Aldo Raine, con un bigote y una voz bien alta como si fuera de los años del pedo, está caracterizada con lo que es la película, o sea, el lenguaje, el cine de Tarantino, a medias, que se basa en los diálogos -A prueba de muerte, o Death Proof se basa en eso, y lo único que tiene de bueno, podría ser el conocimiento de los personajes para luego tirarnos una carrera automovilística hacia la muerte nunca antes vista, luego todo lo demás, se convierte en pura chatarra y el marketing de ciertos autos y símbolos-. Pero Tarantino, increíble como es, nos hace meter dos horas y media en una historia que no nos interesa ni queremos volver a revivir, por lo que, nazis y nazis estamos acostumbrados en el cine (¿Se acuerda de La cinta blanca, que me había gustado, bueno hoy en día ya no lo sé), pero esta no es una historia de o sobre nazis, es una historia divertida -como lo es Pulp Fiction, y como lo debería ser Death Proof, una historia roja, de sangre, de gracia, irónica y solamente esa: la de matar nazis. Y es a media, la película es tan larga y tan espectacular, que la dividen en cinco capítulos, y mediante todo eso, el señor Christoph Waltz, quién hace del nazi dulce y amoroso, pero a la vez de un gran hijo de puta, como él sabe hacer de malo, nos llena de alegría tener que verlo morir sobre el final, aunque nos preocupamos por la banda de Raine, y su amigo el bateador de cabezas. Pero es tan así, Bastardos sin gloria que hasta se merece líneas tan apartes, de las anteriores películas de Tarantino, o hasta, de cualquier otra película que no tenga casi nada que ver con esta. Como Carrie, el film tiene su final glorioso, o sea, ya sabemos que los nazis morirán todos vivos ahí en el cine, en la avant premiere de su película, pero a lo que vamos es hacia eso, hacia disfrutar del espectáculo, quién como las otras películas de Tarantino, tiene movimientos de cámara geniales, diálogos filosos -el italiano es fabuloso-, acercamientos y música adecuada para las escenas y unos planos excelentes. Observar al Führer cagandose de risa de su película, mientras aniquilan judíos, es ya imaginar lo que va a venir: todos los nazis muertos adentro del cine, en esa que se esperaba, con las palabras previas de la dueña del cine, quién vive en carne propia la muerte de su familia, y allí, como esa escena del cine, Tarantino pone toda la carne al asador, la que hace a Bastardos sin gloria una película de pie a cabeza, y la que merece no mas de un libro. La imágen de los bastardos todos juntos, caminando hacia la matanza es un clásico en el cine de Tarantino, quién por primera vez se mete con la Guerra, con la segunda, y empieza a hablar de nazis, y hace un juego de cartas adivinando a King Kong, mientras toda esa escena se va a la basura, y terminan todos a los tiros. Los bastardos, son buenos muchachos, de cine, pero quiénes matan por que saben que los otros mataron, ridiculamente, lo que hace Tarantino, además, es contar una historia fantástica, tan fantástica, como lo es todo su cine: de metralletas, de diálogos, con pasión, con un color hermoso, con símbolos aterradores y con toda esa estructura que hace que "el cine nuevo es una pedorrada, mirate los títulos de Bastardos sin gloria, escritos en amarillo y con esa música, con esos peinados, para que disfrutar de algo actual". El cine de Tarantino, es un espectáculo y un honor es verlo y disfrutarlo en el cine. Esconcer judíos, traer y juntar nazis en un cine !En un cine, que mas se lo podría haber ocurrido a Tarantino, meterlos en un zoológico!, esperar, llega la escena indicada, mirar a Adolf con sus "amigos", y ver como termina todo, es un gesto claro, de una película divertida y fogosa, como sólo las sabe hacer Quentin, es claramente una gran comedia que se ríe de la historia y de las otras películas de nazis -Mein Führer, una que intentó ser comedia, y no se reía ni de su propia película-. Tarantino toma cualquier cacho de historia y se ríe, toma cualquier personaje y lo hace grande, toma cualquier monumento y lo tira abajo, toma cualquier reloj y para el tiempo, toma cualquier cuchillo, y le corta la cabeza, a mas de uno.

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