sábado, 9 de octubre de 2010

Partir

Partir/Leaving
(Francia 2009)
Puntaje: 5 (cinco)
Porcentaje: 65%

Partir es una película sin título. O sea, no hay manera de calificar a esta película por su historia. No es muy difícil contarla: Suzanne tiene una vida normal, con un marido adinerado metido en la política. Conocera en una obra de construcción a Ivan. Y a medida que pasará el tiempo se enamoraran. El hecho de una fractura del obrero puede ser el desencadenamiento para una nueva relación, o mejor dicho, es una oportunidad para que ella deje al rompebolas del marido.

La película en los primeros veinte minutos promete, pero a la medida que va pasando el tiempo, uno se da cuenta de que esta ante otro de esos melodramas para ver y olvidar. Las actuaciones forzadas, los planos y las escenas erróneas dejan en claro lo que ha hecho su directora Catherine Corsini.

Pero bien, volvamos al inicio de la película: vemos la puerta de la casa de la familia de Suzanne, y al rato la vemos a ella caminar hacia una habitación, o por lo menos se supone, e inmediatamente oímos un ruido, un ruido constante en las películas, que es un disparo de arma de fuego. Rapidamente, la película hace su presentación y desde ya vemos el "seis meses antes". Y Ahí ya podemos ver lo que pasará en la película: un relato lleno de amor (y a la vez poco), un tipo cornudo, un hijo sacrificado por su madre mediante una carta (?). Entonces allí podemos reconocer que la única escena emocionante es la de la caída del pollo en una fuente.

-¿Que dijeron los críticos?
Suzanne (Kristin Scott Thomas) hace quince años que no trabaja, durante los que ha llevando una vida de madre y esposa, relativamente cómoda. Ha llegado el momento de retomar su labor como fisioterapeuta, cuando la vida le da tiempo para sí, en la etapa que los hijos adolescentes requieren menos atención y la relación marital se hace algo previsible. Ajustando detalles edilicios en un abandonado ambiente hogareño, conoce a Iván (Sergi Lopez), un albañil español, emigrado a Francia, con una historia personal algo turbia. Surgirá entre ellos una pasión potente, erótica y afectiva, arrebatada pero comprensible, que constituirá el nudo del relato.

La historia de esta relación incontrolable en la medianía de la vida de una mujer con escaso desarrollo personal, no presenta ribetes novedosos en el cine. Lo más interesante del modo en que Catherine Corsini construye la narración, está dado por lo que queda abierto a la suposición, lo que queda librado a la reconstrucción por parte del espectador. No solo por el pasado de Iván, que aparece como el secreto más evidente, sino por las tramas oscuras de la relación entre Suzanne y su esposo, que parece cargada de cierta violencia y opresión contenida. El secreto de una trama de poder hilado en la larga construcción familiar. Incluso lo no dicho en la relación de la protagonista con sus hijos, una vez hecha pública la nueva relación amorosa, permite hacer lecturas sobre cuestiones vinculadas a los imaginarios individuales y sociales, tanto en cuestiones de clase como de género.

Pero esto, más las muy buenas actuaciones de la pareja central, que los confirma como dos actores dúctiles y ricos en matices y sutilezas, no alcanza para hacer de Partir una película que entusiasme, o que despierte la atracción por una trama visitada infinidad de veces por el cine, a la que la directora no agrega nada interesante en su tratamiento. Incluso en sus cortos ochenta y cinco minutos, la película parece, por momentos, más larga que lo deseable. Por Daniel Cholakian.

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