sábado, 23 de abril de 2011

El gato desaparece







El gato desaparece
Director: Carlos Sorin.
Actores: Luis Luque, Beatriz Spelzini.
Origen y año: Argentina 2011.
Duración: 88 minutos. Apta mayores de 13 años
Estreno en Buenos Aires: 21 de Abril 2011.

Crítica: El problema es de Beatriz. La película nos hace identificar con su preocupación ante la pérdida de su mascota Donatelo, un gato negro de casa que pierde el rastro. Beatriz, ama de casa burguesa, siente la pérdida de unos días que ella ha vivido normalmente. Siente la pérdida de su mascota. Siente esas pérdidas, y además se aguanta a su "nuevo" marido. Tiene el pelo hecho bosta y como mujer curiosa y apurada necesita descubrir algo que la inspire, necesita descubrir ese algo que pasa dentro de su casa. Como varias mujeres, llega una hora antes de que el Shopping Dot se abra. Va a la peluquería, donde la peluquera no para de hablarle y hablarle cosas que a Beatriz poco le importan. Ella vuelve a la carga una vez que abre esa puerta de su barrio y se encuentra con todos los sillones bien puestos y una casa demasiado oscura. Nunca se olvida de Donatelo, y sufre esos días de reposo de su marido. Todo esto que le pasa por su cabeza, lo vuelva en una de esas escenas finales, cuando cae a las cinco de la mañana en la casa de su hija.

El gato es lo de menos, incluso, luego de que desaparece, nuestra imágen sobre el felino, es el plato de comidas que Beatriz le deja todas las noches. Otra imágen de él, además, es la mirada de su propia dueña, indignada de lo que le puede haber pasado a su felino negro. A esta altura, uno se pregunta, por que desapareció el gato. El marido de Beatriz (Spelzini), Luis (Luque) es un profesor universitario reconocido y con su buena plata, que sufrirá de un brote psicótico de violencia, tras golpear a un compañero, acusado por él, de haberle robado unos proyectos que él, habría programado en años. Tras ese ataque, a Luis lo ponen a prueba, y le dan el alta, creyendo que ya está lo demasiado recuperado.

Mas allá de los dos protagonistas de la película, también hay que hablar de su director Carlos Sorín, muy criticado por hacer películas aburridas, y quién calló a varios con "La película del rey". Sorín con una inteligencia, que pone adentro del film, no aprovecha del todo a los alumnos del profesor Luis. Sorín se cae a pedazos en la escena donde a Beatriz le encuentran un gato falso. Sorín despliega dentro de la película, escenas que poco brillan y poco importan en el film -Ahí me explico de por que Carancho es excelente y con una duración justa-.

Las escenas de Beatriz son claras, está claro que es la mejor actriz de la película, y la que mejor lleva hacia adelante a su personaje. Beatriz, además es quien debe reponer los platos rotos. En la pérdida de su gato, Beatriz ve todo reflejado en él: va a la casa de la vecina, y la vecina parece reflejarle en la cara que ella tiene un gato que lo quiere. Va a lo del doctor, y ve dos gatos blancos chiquitos. Va a dormir, y tiene una lampara con forma de esqueleto, como si el gato se hubiese muerto. Beatriz pierde unos días por su gato. Beatriz pierde a su gato -cualquiera que tiene uno la entiende-. Entiendo a Beatriz, todo lo ve a los bigotes de su Donatelo. Pero allí, Sorín saca los vientos, y como en una familia normal, o mas bien, esto sería el broche para el final armado: La pareja se va a Brasil, y es lo que a Beatriz, mas o menos la tranquiliza un poco: pero ella no quiere irse sin haber encontrado a su gato. Ese viaje a Brasil, implica, que cada escena es un mundo, cada personaje un país, y cada elemento una provincia o ciudad (El plato de comida del gato, los libros). Luis Luque es divertido, y representa algo grande en la película, ya como dijo Sorín, es difícil hacer un Luque haciendo de serio, y él parece como el marido simpático que se le fue el sarcasmo (ver escena de Beatriz hablando con uno de sus alumnos). Es una faceta que no se ve de Luque, y debe ser difícil para él, y para Sorín.

Sorín refleja todo esto en una película, que está bien para el cine. Plantea, una historia, sin errores de diálogos, ni ninguna cosa rara, que lo deje a punto del quiebre. Usa ese humor tragicomedia, que se centra en esa escena donde Luis mira hacia un punto, y de repente, se ve al "nuevo" novio de origen Indio de su hija sonriendole. El novio se pone a tocar, golpea la taza contra la mesa, su novia sonríe como diciendo "Vieron que groso es mi novio" , Luis mira como disconforme y raro, como no sabiendo si le gusta o no, Beatriz lo mira a Luis, como creyendo que eso no le caerá bien. Todos pedimos, que esa escena termine, ya que causa verguenza ajena al espectador, la película causa sentimientos cambiantes a medida que pasa dentro del espectador.

Llegamos al final, con Beatriz como la abanderada de la película, como la mujer que sufre y representa al film, con esa bella actuación que saca de mujer ama de casa, feliz por el viaje a Brasil. Brasil, cualquier cosa les viene bien -Beatriz con sólo ver las fotos del lugar donde pararan, ya confirma el alojamiento-. Sorin arremete en una película, que sorprenderá en el final, a algunos y a otros no tanto. Es cierto, el problema de la película es la falta de ritmo, y su movimiento a paso lento. No importa, todas las escenas parecen mostrar algo distinto, aunque algunas esten mal colocadas -la escena donde Beatriz sueña que una rata cae de su pared-.

Es por eso que Sorin, tiene varios hoyos para rellenar, por que le quedan varias cuerdas flojas dentro del film, y mete dos personajes bien encuadrados, como Luis Luque y Beatriz Spelzini. Nosotros somos quienes tenemos que comprender la película, y meternos de lleno en su suspenso, que por cierto, se ve poco en nuestro cine argentino, suspenso que si analizamos, para nuestro cine, está realmente muy bien. El gato desaparece termina siendo un engaño, toda la película es un engaño, un engaño y un rasguño, con sólo decir que lo mas importante termina siendo un ringstone de carcajadas. El gato desaparece, nada tiene que ver con Donatelo.

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